Hasta el 24 de agosto.
La lluvia de estrellas, Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo, son uno de los espectáculos más esperados por aquellos que miran el firmamento, sobre todo en verano.
Se trata de un fenómeno natural que no necesita telescopios ni similares para ser apreciado. Aquí te damos algunas claves para poder verlo en Madrid. Recuerda que las madrugadas del 11 al 13 son las mejores para poder ver la lluvia de estrellas.
Es importante alejarse de los núcleos urbanos donde haya contaminación lumínica.
El entorno de La Pedriza es uno de los sitios más recomendados para poder observarlas.
Otro punto para poder verlas es Puerto de los Leones, el paso de montaña que atraviesa la Sierra de Guadarrama y comunica Madrid con Segovia. También está el Puerto de Cotos con el pico de Peñalara, donde además puedes pasar la noche en el entorno del refugio y solo con bolsa de dormir (no con tienda de campaña)
Si no puedes salir de la ciudad, acude a sitios altos, por ejemplo el Cerro del tío Pio (Parque de las Tetas) o el Cerro Almodóvar, ambos en Vallecas. No tendrás la misma visibilidad, pero será mejor que verlas desde la ventana de casa.
El mirador del templo de Debob, el cerro Garabitas en Casa de Campo (tiene un mirador), o el cerro de los Locos en la Dehesa de la Villa. También en el Parque Lineal del Manzanares hay zonas donde la contaminación lumínica es menor más si caminas rumbo hacia la cueva de la Magdalena. El Parque Tierno Galván es otra buena opción.
Recordad que lo más recomendable es tumbarnos en el suelo usando una esterilla o una manta y no mirar solo al radiante sino en todas direcciones del firmamento; los meteoros pueden aparecer en cualquier lugar.
Además la madrugada del 14 de agosto los planetas Marte y Júpiter se encuentran en conjunción sobre el horizonte este a eso de las 05:00 hop (hora oficial peninsular, la que marcan nuestros relojes). La separación entre ambos astros es muy pequeña, de 23’ (minutos de arco), lo que implica que la distancia angular entre Marte y Júpiter va a ser menor que el tamaño que ocupa en el cielo la Luna cuando se encuentra en fase llena (30’).
Si la conjunción es espectacular tan solo mirando a simple vista, con unos prismáticos la visión es magnífica. Una tarea gratificante consiste en ir observando los días previos al máximo acercamiento y disfrutar de los movimientos relativos entre los tres astros (Tierra, Marte y Júpiter).







